Consejos para el pasado

Creo que tendría que contarte como siguieron un poco las cosas... Me gustaría evitarte un par de caídas dolorosas diciéndote a quiénes tendrás que mantener cerca tuyo y a quiénes deberías comenzar a evitar, pero no tendría ningún sentido, no serías quien soy hoy. Porque de todo aprendimos, todo por las buenas o por las malas nos sirvió, sirve y va a seguir sirviendo.

Venimos tropezando mucho, te van a lastimar más de lo que pensás pero no te preocupes que nada va a ser tan malo como para imitar al nene de la película que escrbía el espejo del baño con jabón: por ahora podemos con todo. Tenemos mucha gente alrededor, ¿sabés? Eso es bueno, nos despeja... Hay personas que todavía no conocés pero que se van a convertir en tus pilares más fuertes... No te preocupes, Juli sigue al pie del cañón y dudo que se mueva de ahí. Lo mismo que los viejos. 

Son personas diferentes a vos, nada más. Aprendé a diferenciar entre opiniones y sentimientos, entre cabeza y corazón.

¿Sabías que te gustan los nenes? No me acuerdo si a vos ya te gustaban, pero ahora te encantan... Más de una sorpresa vas a tener por ese lado.

Te tengo que pedir perdón por algo... Hice eso que tanto miedo tenías de que haga: dejamos de pintar. No es que no te guste más, pero te falta el tiempo, o las ganas... Hace mucho dejamos de pintar. Voy a tratar de revertir eso.

Ah, ¿me harías un favor? Cuando vayas al departamento de D y C, abrazala mucho. No te das una idea cuánto se la extraña por acá... Enseñale a decir TE AMO, le cuesta, no está acostumbrada, no es que no lo sienta.

Tus amigas valen más que cualquier cosa, tenelo siempre muy en cuenta. Aunque más de una vez te vas a dar la cabeza contra la pared... No vale la pena, no valen la pena. El oro se separa solito de las piedras en el tamiz. Y así pasa con todo... y con todos.

Cómo me gustaría darte el secreto para que distingas entre quienes se van a ganar tu confianza para cuidarla y quienes van a jugar con ella para ir desarmándola de a poco; Resguardarte un poco, que no seas tan confiada, ni tan soñadora, ni tan ingenua... Me encantaría pedirte que seas un poco más fría, menos tolerante y no tan estúpida, pero sé que no serviría de nada. Seguirías siendo yo... 

No confundas los destellos con amor, ni los impulsos con certezas, o las sonrisas con corazones. Acordate que las promesas se pueden romper...

De a poco espero que te des cuenta de que los besos son nada más que besos, de que las palabras están a años luz de ser hechos, de que al príncipe del cuento puede gustarle más de una princesa y de que apagar la luz no hace que las cosas desaparezcan o cambien...

En el fondo sabés como son las cosas, escuchá. Las verdades dolorosas valen más que las mentiras más lindas, y el  mundo sigue.

El fondo del mar está lejos de la orilla, no te asustes. No pasa nada si apagás la luz y mirás por la ventana antes de dormirte; tampoco si bajás la escalera de noche. Amigas vas a tener siempre, aunque ahora no me creas, y vas a poder quedarte a dormir afuera de casa sin que extrañes. Los orales de fin de año son fáciles, y llevarte una materia no es nada del otro mundo. Te van a decir piropos y no tanto, como a mamá. El vestido va a ser hermoso, vas a conocer la nieve, y sí: duele.

Me haría feliz que pudieras leer todo esto... Me haría feliz leer algunas advertencias escritas por mí.